Curiosa historia la de esta perra a la que se le puso el nombre de LUNA. Un día apareció en el lugar donde trabajo, con la intención de quedarse, circunstancia que ha conseguido ya que se ha ganado el cariño de los empleados que la miman como si fuese algo especial, tan especial como la historia que, transcurrido el tiempo se ha ido averiguando sobre ella. Siempre se pensó que podría tratarse de uno de esos perros que algunos desalmados abandonan, ya que en su mirada reflejaba cierta tristeza. Por casualidades de la vida una persona la reconoció como la perra que había estado mucho tiempo en el cementerio de la localidad esperando a su anterior propietario, una persona de otra nacionalidad que falleció y fué enterrado en el mismo. Cansada de tan larga espera decidió iniciar una nueva vida en solitario, ahora vive con plena libertad hace lo que quiere y donde quiere, se le ve muy feliz. Su pasado y su inteligencia hace que se tenga en un pedestal, ella se marcha casi todos los días a dar sus paseos, hay quién la ha visto cerca del cementerio, se ve que todavía sigue fiel a otros recuerdos. Cuando se cansa o cree que ya ha realizado su recorrido, regresa a su nuevo domicilio con aire cansado pero siempre con una mirada de gratitud, la foto es cuando llegó de sus andanzas.
Cada ser vivo por insignificante que sea, siempre está acompañado de una historia.
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