Aquí está mi compañera de cacerías, como siempre realizando su trabajo a la perfección, me emociona verla trabajar en el campo, dadas sus características y no pertenecer a ninguna raza de perros de caza, no tiene nada que envidiar le a ninguno de ellos, las muestras las realiza a la perfección, cobra las piezas con una suavidad que hasta se les caen de la boca, por el mimo que les da, parece como si no quisiera que se le estropearan en su boca. En esta fotografía, se puede apreciar como viene a entregarme una codorniz, una de tantas que cobró el Domingo pasado.
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