Al amigo Andrés, este montón de ramas de ficus, se le antojaron extraordinarias para relajarse, una gloria casi se queda frito, lo que no sé si por lo cómodo o por el vinillo. Que arte tiene el tío.
Se ve que mi colega Juan, tenía ya ganas de probar lo que se estaba cocinando, asi que sin pensarselo, zássss, cogió una tajada de conejo, el choto le faltaba todavía un poco, pero bueno le dió el visto bueno y ya se quedó tranquilo, ja ja ja ja.